Los profundos cañones de las riberas del Sil y el Miño favorecen la aparición de microclimas
que han convertido el cultivo de la vid en un arte.
Fueron los romanos quienes lo iniciaron,
labrando las laderas en bancales de piedra hace más de 2.000 años.
Hoy tenemos uno de los paisajes de viñedo más singulares de Europa.
El cultivo de Las vides de la D.O. Ribeira Sacra reciben el nombre de Viticultura heroica.
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